MI AÑO COMPLETO
Había una vez una joven estudiante llamada Danna, que cursaba decimo con todas las ganas de aprender y demostrar lo que sabía. Sin embargo, al comenzar el año, algo extraño empezó a suceder, cada vez que intentaba entregar una tarea en Teams, el sistema parecía jugarle una broma muy pesada. Ella subía los links, revisaba todo con cuidado, pero al momento de enviar, la plataforma mostraba la tarea como si estuviera vacía, pero ella se daba cuenta un tiempo después. Cuando el profesor la devolvía, aparecía como “no entregada”, y eso la hacía sentir confundida y frustrada.
Aun así, Danna seguía intentando, porque ideas y contenido sí tenía. Pero con el paso del tiempo comprendió que no solo se trataba de saber, sino también de como organizarse, revisar bien las entregas y estar pendiente de cada detalle. Un día recibió una noticia que la hizo pensar aún más: había quedado en nivelación. Al principio, la palabra “nivelación” sonó como un trueno en medio de un cielo gris. Le preocupaba fallar y decepcionar a su padre, volver a vivir un año difícil, o también decepcionarse de sí misma. Avanzaban las semanas, algo comenzó a cambiar. Se dio cuenta de que estar en nivelación no significaba que no entendiera la materia, significaba que debía mejorar su organización, su disciplina y la forma en que presentaba sus trabajos.
EXPLORANDO EN PROCESO DE NIVELACION de Danna Sofia Lopez SanchezDescubrió que este proceso era, en realidad, es una segunda oportunidad, un camino para demostrar que sí podía. Aprendió a administrar mejor su tiempo, a revisar con cuidado, a no rendirse.Cada día, poco a poco, se volvió más responsable, más constante, más consciente de que su esfuerzo tenía valor. Ella tenía claro algo muy importante, ser repitente no era una opción. No quería pasar por ese dolor otra vez. Y con esa decisión firme en el corazón, empezó a trabajar con más fuerza que nunca.
El tiempo pasó, y gracias a su dedicación, sus noches de estudio y su nueva forma de organizarse, Danna superó la nivelación con éxito. Sus profesores notaron el cambio, sus compañeros la admiraban, y lo más especial, sus padres estaban orgullosos de verla crecer, aprender y levantarse después de cada tropiezo.
PREPARANDOME PARA LLEGAR A ONCE.
Finalmente llegó el gran día: la graduación del 2026. Ahí estaba ella, con su toga y birrete, caminando firme hacia el escenario mientras llamaban su nombre. Sonreía, porque sabía que esa victoria era fruto de su esfuerzo, de su disciplina, de no rendirse incluso cuando parecía difícil. Al recibir el diploma, sintió que todo había valido la pena. Y así, con el corazón lleno de orgullo y esperanza, Danna cerró ese capítulo y abrió uno nuevo, sabiendo que cuando uno se organiza, se esfuerza y cree en sí mismo, los finales felices no son magia… son resultado del trabajo y la valentía.
¿POR QUE NO PERDÍ?
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